lunes, 8 de enero de 2018

Tu verdadero PODER


En este cierre de año que hemos dejado atrás, uno de mis pensamientos recurrentes ha sido la ola de violencia contra las mujeres. Y me llama la atención porque parece que cuantos más medios se ponen, más crecen las cifras.

Creo que debemos ir un paso más allá y contemplar aquello que muchas veces no queremos ver. Debemos aceptar que es un "problema" que está anclado en el inconsciente colectivo, porque no es que antes no ocurriese, sino que como era "lo normal" no era relevante ni se hablaba de ello.

Por generaciones, las mujeres hemos "aceptado" el maltrato dentro de la norma de lo que nos tocaba vivir, bien por falta de medios, bien por poner el bienestar de los hijos por delante, bien por el miedo al qué dirán o el miedo a la soledad .... todo nos servía de excusa para seguir aguantando.

Pero creo que estamos viviendo una etapa de consciencia donde es nuestra obligación como mujeres primero y como madres después, recuperar el PODER con mayúsculas, que el hombre, por miedo, nos arrebató.

Las mujeres somos las CREADORAS, tenemos el PODER de crear la vida y eso había que pararlo. 

Esa fuerza innata que late en nuestro SER ha sido el motivo de que se nos relegase, se nos acusase de brujas y se nos tratase, en ocasiones, como animales:
comer, dormir y parir ...

Y no hablo de lucha y enfrentamiento, hablo de valía y respeto. De valorarnos y
respetarnos a nosotras mismas si pretendemos exigir respeto.

Las mujeres tenemos por norma "desvalorizarnos", de hecho, lo hacemos cada día en más de una ocasión y ante multitud de situaciones, aunque a veces sea de forma inconsciente, pero sí, esas también cuentan para ir minando nuestra seguridad.

Es curioso cómo repetimos patrones, y cómo después de salir de una relación de desvalorización, es habitual comenzar una nueva historia, donde ya ni siquiera me respeto para que el otro esté contento.

Y no hace falta llegar al daño físico para sentir que no me valoro, en el momento en que una relación coarta tu libertad ya no estás siendo respetada. 

Pero yo le daría una vuelta de tuerca más: ¿tú te estás respetando a ti misma o te estás "vendiendo" para que el otro cambie y sea como tú quieres?

Pues he de decirte, que el otro cambiará, sí, pero cuando él quiera, no cuando quieras tú.

Y lo único que estás proyectando con tu actitud es que no mereces que te respete ya que ni siquiera tú lo haces ...

Sé que suena duro decirlo, pero llevamos grabado en nuestro ADN que "las mujeres tenemos que agradar al hombre y hacer que se sienta bien, pues es el que lleva el peso del clan ..."

Sí, no te rías, esto es lo que durante generaciones, las mujeres han hecho, y lo que todas hemos visto en nuestra familia mientras éramos niñas. 

Y ya sabemos, que los niños son esponjas que todo lo graban y por lo tanto llegará un día en que te verás haciendo exactamente lo que tu madre o tu abuela hacían y que tanto criticabas.

Es por eso que tenemos que ser conscientes de estos detalles que conforman nuestra actitud de cada día. 


Detalles que diferencian el sentirme una mujer valiosa de sentirme una dependiente, y que ni yo me valoro ni me respeto. 

Y no pienses que porque seas una profesional reconocida, con independencia económica y una vida "cómoda" estás libre del tema.

Muchas veces nos creemos tan "superwoman" que pensamos que "eso" a nosotras no nos va a ocurrir y he de decirte que te equivocas.

En nuestro afán de "poder con todo", también somos capaces de aguantar detalles "tontos" porque no tienen importancia:

- el mal genio que tenía hoy mi pareja, 
- la contestación en mal tono que me ha soltado sin venir a cuento, 
- el numerito que me ha montado en la comida familiar porque algo no estaba a su gusto
- lo pesado que se ha puesto con el escote de mi blusa
- el mosqueo que se coge cada vez que quedo a cenar con las amigas
- el cómo le digo que me quiero ir un fin de semana de chicas para que no le moleste ...

Seguro que puedes ir dando más ejemplos, que a primera vista nos parecen tonterías, pero que si nos paramos a analizar, son situaciones que vivimos como "normales" porque nos educaron para "aguantarlas" pero que realmente no tendrían por qué ocurrir.

Como ves he puesto ejemplos "sutiles" y que nada tienen que ver con la realidad que muchas mujeres están viviendo, pero son situaciones que por "inocentes" no las tenemos en cuenta, pero que muchas veces derivan en una auténtica pesadilla y es entonces cuando nos preguntamos cómo no lo hemos detectado antes de que fuese demasiado tarde.

Nos hacía tanta ilusión que nos llamase diez veces al día para saber cómo estábamos, que ni se nos pasaba por la cabeza el control que realmente estaba ejerciendo sobre nuestra vida.

No es momento de sentirse culpable, sino de rectificar. 

Con la culpa lo único que vas a conseguir es maltratarte más, así que levanta la cabeza, mira hacia delante, y da el primer paso hacia tu verdadero PODER, simplemente porque ESO es lo que tú SÍ quieres hacer.



¡¡¡Apasiónate con tu vida!!!

Yolanda Esparza
Mentoring Bio_Emocional
mail: info@r-cordis.com



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